miércoles, 20 de abril de 2011

8 DE MARZO: FEMINISTA, REVOLUCIONARIO Y DE CLASE.

Con el fin de homenajear a todas las mujeres revolucionarias que lucharon por su verdadera emancipación, aquellas que apostaron y defendieron un feminismo revolucionario y de clase. Muchas de estas mujeres tuvieron la oportunidad de reunirse en la II Conferencia de mujeres socialistas de 1910, en la cual, se aprobaron distintas reivindicaciones como la de establecer el día 8 de Marzo como el día de la mujer obrera.

En la actualidad, las figuras, el ejemplo y la visión política de todas estas mujeres y el carácter revolucionario del 8 del Marzo están casi en el olvido gracias a la tergiversación que ha sufrido la lucha feminista por parte del oportunismo burgués, el cual se ver reflejado en todas sus consignas y reformas, tales como promover y facilitar el acceso de la mujer tanto al mundo empresarial como al ejército, la ley de violencia de género que promueve una discriminación positiva hacía la mujer o reclamar el 8 de Marzo como el día de la mujer sin más.
Casi todas estas reformas están relacionadas con la asunción de tareas sociales en el Capitalismo, intentando hacernos creer que tal incorporación a la vida burguesa significas una liberación para la mujer cuando en realidad significa lo contrario: Una mayor implicación en su mundo conlleva ligarse política e ideológicamente a la burguesía.

Con esta táctica de intentar englobarnos a todas las mujeres, de convertir el feminismo en un bloque interclasista han logrado que sus ideas sean hasta ‘bien vistas’ dentro del movimiento, encontrando colectivos o individualidades que promulgan un feminismo partiendo sólo de la cuestión de género, olvidándose de la doble explotación de la mujer obrera, cayendo en el oportunismo, apoyando todas las reformas de la burguesía y excluyendo a los compañeros de esta lucha.

Reducen todo a una igualdad de sexos, culpando de todos los males de la mujer al hombre e intentando acabar con el patriarcado dentro del sistema económico que lo sustenta; el capitalismo, es decir, una tarea imposible.

Se olvidan de analizar cómo el patriarcado, el capitalismo y los modos de vida burgueses y su educación han ido evolucionando desde sus orígenes y como estos afectan e influyen de maneras distintas a ambos géneros al igual que lo hacen de forma diferente entre clases sociales. No se molestan ni en observar como a una mujer obrera le oprime tanto el patriarcado como el capitalismo, mientras que una mujer burguesa se aprovecha del ‘estatus’ que le da el capitalismo para oprimir a la clase trabajadora y como se sirve del patriarcado para hacer prosperar su clase, o como el patriarcado ha evolucionado de tal forma que hasta al hombre le afecta de manera negativa en muchos ámbitos de la vida cotidiana.

Muchos compañeros y compañeras, por otro lado no consideran esta lucha de vital importancia, posicionándola en un plano secundario y olvidándose de que es un frente más en la lucha de clases, que se trata de una lucha contra la opresión y la discriminación del Ser Humano hacía el Ser Humano, por lo que, en definitiva, también desnudan al feminismo de todo su carácter revolucionario.

Todo esto es síntoma, también de la debilidad del movimiento revolucionario que no es capaz de dar respuesta a los interrogantes que plantea la lucha de las mujeres por su emancipación, y que al parcializar esa lucha como un frente lo aísla del conjunto del movimiento y facilita esa reproducción de la ideología burguesa en su seno.

Por todo esto, desde la Plataforma antifascista de Ciudad Real reivindicamos un feminismo revolucionario y de clase como una lucha de todos, no sólo de las mujeres, luchamos contra el sistema capitalista patriarcal ya que no vemos posible la verdadera emancipación de la mujer en un sistema capitalista y creemos necesario analizar y debatir sobre el origen y la evolución de ambos sistemas, la dependencia mutua de éstos, como formas de opresión que son y cómo la burguesía los aprovecha para, no sólo, explotarnos como mujeres, sino también como obreras.